Uno de los dispositivos que mas ha dado que hablar durante la feria CES es el Sony Xperia Z.
No es de extrañar, teniendo en cuenta que es la esperada nueva apuesta
del fabricante japonés para la gama alta. Como era de esperar todas sus
características están a la altura, desde la pantalla hasta los
impresionantes 13 MP de la cámara. Sin embargo, entre todos esos datos
hay uno que destaca del resto, y no porque sea alto, sino todo lo
contrario.
Hablamos de la batería que, de “solo” 2230 mAh, no es demasiado pobre, pero parece una elección muy extraña por parte de Sony
para acompañar a un hardware tan hambriento, sobre todo cuando el resto
de la industria por fin se ha dado cuenta del problema de la energía y
se está moviendo a grandes pasos hacia baterías de 3500 mAh. ¿Porqué han
tomado esta decisión?
Pues no es porque a Sony no le interese la autonomía de sus dispositivos, es simplemente que prefiere intentar aumentarla de otra manera mas barata e inteligente. Aquí es donde entra en juego el modo Stamina.
Se trata de una opción que podemos activar en la configuración de
energía del dispositivo, y por tanto, intentará aumentar la vida de la
batería por software, no por hardware.
Para conseguirlo, este modo desactiva toda la conectividad una vez
que dejamos de usar el dispositivo, y cierra las aplicaciones que
tengamos abiertas en ese momento. A partir de entonces solo se ejecutan las funcionalidades básicas
como recibir SMSs y llamadas. En cuanto desbloqueamos el teléfono este
vuelve al mismo estado en el que estaba cuando lo dejamos. Sin embargo,
aquellos que usen continuamente ciertas aplicaciones como Gmail puede añadirlas a una lista blanca, que ignorará estos ajustes y funcionará normalmente.

Sony asegura que de esta manera la duración de la batería aumentará hasta cuatro veces,
un dato que podremos consultar en la misma configuración según
modifiquemos las características que queremos conservar. Como vemos, es
un sistema tremendamente sencillo. Tanto, que me extraña que no se haya
hecho antes. Personalmente, siempre que voy a dejar de usar el móvil
durante un tiempo hago exactamente lo mismo: cierro las conexiones y los
programas que no quiero que permanezcan en segundo plano sin ningún
tipo de beneficio.
Por tanto, que sea el propio sistema el que tome esa decisión
ahorraría bastante tiempo, además de mejorar sustancialmente la batería.
Sin embargo, hay dudas sobre cuánto tiempo necesitará el dispositivo
para volver al estado en el que se encontraba antes de apagar la
pantalla, un detalle que puede afectar a la usabilidad si queremos
seguir donde lo dejamos en el menor tiempo posible.
Fuente: www.elandroidelibre.com
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