Diseñar edificios con grandes fachadas acristaladas incrementa el confort visual y ambiental de sus inquilinos, además de que permite disfrutar de luz natural casi todo el día.
Sin embargo, la incidencia directa de los rayos solares en estas
estancias durante los meses de verano genera incrementos considerables
de la temperatura interior, si los vidrios de las superficies
acristaladas no cuentan con las características y tratamientos oportunos
para evitar los calentamientos excesivos. Lo mismo ocurre durante el
invierno; es decir, las paredes y objetos de una habitación acristalada
absorben el frío exterior, contribuyendo a enfriar la estancia más de lo
necesario. Por tanto, mantener una temperatura de confort
en una habitación acristalada, tanto en invierno como en verano,
requiere la instalación de sistemas de climatización que incrementan el gasto energético de la vivienda o espacio de trabajo.
Por todos estos motivos, mantener una temperatura cómoda y adecuada,
tanto en verano como en invierno, en este tipo de inmuebles, requiere un
mayor consumo energético que en los que fueron construidos con otros
materiales, en especial por el uso de aire acondicionado y calefacción,
lo que supone un aumento en las emisiones de CO2 a la atmósfera.
Para promover e incentivar el ahorro energético y contribuir a frenar el cambio climático, los fabricantes de vidrio están aplicando los últimos avances tecnológicos para controlar la entrada de energía solar
en las estancias con grandes superficies acristaladas, evitando
incrementos de temperatura por encima de los niveles de confort térmico
debido al “efecto invernadero”.
El campo de la nanotecnología
aplicada al vidrio ofrece soluciones muy interesantes desde el punto de
vista del ahorro energético, que permiten controlar la radiación solar
que entra al del edificio, así como la visibilidad y la privacidad de
los usuarios, sin renunciar al confort visual de una gran superficie
acristalada.
El tintado electrónico o vidrio electrocrómico desarrollado por SAGE Electrochromics bajo el nombre de SageGlass,
es una solución tecnológica alternativa a soluciones convencionales de
protección solar como cortinas o persianas, que contribuye al ahorro energético y a la reducción de la huella de carbono.
Por un lado, disponer de grandes superficies acristaladas garantiza luz
natural durante todo el día, sobre todo en espacios de trabajo,
reduciendo el gasto energético en iluminación artificial. Por otro lado,
el control de la radiación solar que entra en las estancias permite
optimizar el uso del aire condicionado y la calefacción, colaborando así
en la mejora de la eficiencia energética del inmueble.
Básicamente el sistema se compone de cinco capas ultrafinas de
material cerámico que, al aplicarle cierto voltaje, produce el
oscurecimiento de la superficie por la transferencia de iones de litio y
electrones, desde una capa a otra. Es decir, la transmisión de un
pequeño voltaje (5V.), por una fuente de alimentación incorporada en la
ventana, oscurece el vidrio para absorber e irradiar calor no deseado.
Al invertir la polaridad se consigue que los iones y electrones vuelvan a
su antigua posición, haciendo que el vidrio sea otra vez completamente
transparente, maximizando la entrada de luz natural y energía solar. Una
solución que mejora las propiedades de los vidrios de baja emisividad
con la incorporación del control electrónico de la radiación solar.

¿En qué consiste la nanotecnología aplicada a las ventanas inteligentes?
La nanotecnología de SageGlass incorpora una serie de capas de
recubrimiento ultrafinas aplicadas sobre el vidrio mediante deposición
por pulverización catódica, un proceso de fabricación similar al utilizado para la fabricación de vidrio de baja emisividad,
de forma que las capas integradas por los conductores transparentes
(TC) forman un sándwich en torno a la capa electrocrómica (EC), el
conductor iónico (IC) y el contraelectrodo (CE). La aplicación de un
voltaje positivo en los conductores transparentes TC, en contacto con el
contraelectrodo CE, provoca la transferencia de los iones de litio a
través del conductor iónico IC, para posicionarse en la capa
electrocrómica EC. A su vez, en compensación de la carga, se produce una
transferencia de electrones del contraelectrodo CE alrededor del
circuito externo para colocarse en la capa electrocrómica EC.
El control del tintado electrónico del vidrio se puede realizar de
forma manual, mediante un simple interruptor adosado en la pared, o por
control remoto, mediante un mando a distancia. Aunque lo más interesante
es automatizar el sistema mediante sensores de luz integrados en el
bastidor de la ventana que, en función de la incidencia de la radiación
solar exterior, aumentan o reducen la opacidad del cristal dinámico
para mantener los parámetros de confort térmico y lumínico del interior
de la estancia, dentro de los rangos óptimos, contribuyendo al ahorro
energético del edificio.

Otro aspecto interesante del vidrio electrocrómico es la óptima
calidad de luz natural que ofrece, ya que el cristal dinámico adquiere
la tonalidad adecuada, en función de las horas del día y las estaciones
del año, para contrarrestar la excesiva intensidad de luz solar,
eliminando los molestos reflejos en entornos de trabajo y preservando
una buena conexión visual con el exterior.

La nanotecnología aplicada al vidrio electrocrómico de los espacios
domésticos y de trabajo ofrece interesantes soluciones dentro del campo
de la domótica que contribuyen al ahorro energético de los sistemas de iluminación y climatización y, de forma más general, a la mejora de la eficiencia energética del edificio.
Fuente: www.blogthinkbig.com
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